EL PERRO Y EL LOBO

Un lobo se quería comer a un perro flaco y el perro le convence para que venga a los quince días que él ya estaría gordo y sería un manjar exquisito. El lobo se confió y fue una noche de luna llena a la granja del perro flaco.

El perro le dijo que fuera a comerle pero que antes de eso le presentaría a un viejo amigo, era fuerte, robusto y estaba muy serio y dijo que se llamaba Matalobos. El lobo al escuchar su nombre se asustó y salió corriendo, y desde una llanura vio la granja y pensó en un viejo refrán que decía:
más vale pájaro en mano que ciento volando.